Hay distintos tipos de masaje manual, pero básicamente el objetivo de todos ellos es conseguir que cada músculo haga el trabajo que le es propio, realizando los movimientos correspondientes sin dolor.
Si existe un exceso de rigidez o tensión el masaje debe actuar para eliminarla (descontracturar), y el masajista debe realizar los amasamientos, estiramientos, compresiones adecuados para quitar esta tensión y aliviar el dolor.
También existen personas con el problema contrario, tienen demasiada elasticidad en el músculo, y esto puede llevar a que la articulación correspondiente tenga demasiado movimiento y exista más riesgos de distensión en los ligamentos de esta articulación o a los esguinces. Para solucionar este problema el masajista debe realizar maniobras que ayuden a reforzar la articulación y la musculatura, combinándolos con ejercicios adecuados.
Podemos destacar además los beneficios del masaje descontracturante a nivel circulatorio por que al aumentar el flujo sanguíneo crea un efecto de hiperemia en la zona y esta sensación calma de dolor. A nivel nervioso, por que proporciona una sensación relajante y a nivel cutáneo ayuda a liberar y eliminar células muertas.